En un anuncio oficial el pasado 19 de octubre 2021, junto a Xavier Lortat-Jacob, gerente de Nuevo Pudahuel (la concesionaria del aeropuerto internacional Arturo Merino Benítez en Santiago), compartió la visión que el gobierno tiene: lograr que las líneas aéreas que operan en Chile puedan abastecerse de hidrógeno verde en territorio nacional, siendo empáticos con el medio ambiente y cumpliendo al largo plazo con el Acuerdo de París.

Es por este acuerdo, firmado entre 2015 y 2016 por alrededor de 190 entidades, que varios países se han unido a la investigación y producción de energías verdes, tal es el caso de Inglaterra o Dinamarca. Empresas como VINCI Airports, accionistas de Nueva Pudahuel, por ejemplo, por iniciativa propia busca disminuir la huella de carbono que la industria aeronáutica genera (alrededor del 3% a nivel mundial). Chile se une a la causa, visualizándose como uno de los principales productores y exportadores del hidrógeno verde. Pero esto nos lleva a una pregunta bastante esencial...

¿Qué es el hidrógeno verde?

El hidrógeno, como uno de los elementos químicos más puros, representa un factor importante en la creación de combustibles. Por sí sólo puede ser amigable con el ambiente pero combinado con otros elementos genera distintos contaminantes. De aquí que se deriven nombres como “hidrógeno marrón” (que genera grandes cantidades de CO2 a partir de la gasificación del carbono) o “hidrógeno gris” (donde el CO2 se produce por el metano y gas natural).  Podrás imaginar, entonces, que el término hidrógeno verde se refiere a un método de obtención mucho más limpio y consciente medioambiental.

El hidrógeno verde se produce, principalmente, por electrolisis del agua. La electrolisis es un método de separación de moléculas donde el objetivo es dividir los elementos que conforman, en este caso, el agua (H2O). Así es como la separación entre el oxígeno y el hidrógeno permiten que este último quede en estado puro y funciones como vector energético.

¿Qué es un vector energético?

A diferencia de lo que puedes imaginar, el hidrógeno verde no es una fuente de energía directa sino más bien un vector energético. Esto significa que funciona como una sustancia que almacena la energía para usarse posteriormente y de manera controlada, en otro lugar. Algo así como las baterías, por ejemplo.

¿El hidrógeno verde es realmente sustentable?

Quizás esta es la pregunta del millón y a la que todos nos interesa cuando hablamos de sustituir los combustibles fósiles que actualmente se utilizan en el transporte.

Para producir el hidrógeno verde mediante la electrolisis del agua, se requieren electrolizadores para separar las moléculas y estos, a su vez, necesitan de electricidad para funcionar. Para que el proceso pueda ser realmente sustentable, esta electricidad debe provenir de energías renovables como la solar o eólica y utilizar la menor cantidad de combustibles contaminantes.

Es este uno de los principales retos a los que la industria se enfrenta: Generar más energía de la que se consumirá al producirla y distribuirla, todo dentro de un valor comercial sostenible.

Para este efecto, empresas como VINCI Airports y TotalEnergies estás recaudando fondos en Europa para generarlo a costos accesibles y asegurar que más terminales aéreas, como la de Lyon en Francia o la de Gatewick en Londres, puedan abastecer al transporte aéreo y terrestre de hidrógeno verde.

El hidrógeno verde en Chile

No hace más de un par de meses, recibimos la noticia del primer transporte de obras mineras cargado con hidrógeno verde en Chile en una demostración con el presidente Sebastian Piñera.

La producción de hidrógeno verde en Chile ha sido una realidad desde hace ya algún tiempo. La estrategia indica una planta de producción masiva en el Desierto de Atacana con energía solar y una con energía eólica en el sur del país en la región de Tierra de Fuego.

Actualmente, Chile exporta en cobre el valor de aproximadamente 30k millones de dólares. Para 2050, pretende exportar el mismo valor en productos de hidrógeno.

El hidrógeno verde es una alternativa aplaudida por las organizaciones ambientalistas en la transición a la eliminación de combustibles fósiles pues aunque su principal uso se inclina al transporte, también puede ser utilizado en industrias como la alimentaria o la química.

Sin duda, este camino hacia energías más amigables con el planeta no es fácil y mucho menos rápido, pero el primer paso es siempre uno de los más importantes. Será interesante ver los resultados que decisiones como la de Chile generen en el futuro.

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