Así es la tortilla de patatas perfecta según la ciencia

Origen de la tortilla de patatas

Uno de los grandes debates acerca de este delicioso manjar es quién lo inventó, ya que no está nada claro cuál fue el primer lugar en hacer lo que hoy conocemos como tortilla de patatas. Parecer ser que la teoría más aceptada es la de Villanueva de la Serena, en Badajoz, donde se cree que apareció la primera tortilla de patatas en 1798.

En esta localidad tienen su propia Feria de la Tortilla y tienen el proyecto de construir un monumento a la tortilla de patatas. Sin embargo, cada poco tiempo se estudia la posibilidad de que este plato apareciera antes en diferentes rincones de España.

¿Con cebolla o sin cebolla?

Otro de los grandes debates sobre este plato es si es mejor con cebolla o sin cebolla. Es típico en las casas y en los restaurantes españoles que surjan discusiones entre ‘concebollistas’ y ‘sincebollistas’ acerca de si la cebolla es un ingrediente imprescindible o no en la tortilla de patatas.

Según un estudio, el 73 % de los españoles prefieren la tortilla con cebolla. Además, el 86 % de los encuestados saben prepararla y el 49 % la hacen al menos una vez por semana. Asimismo, los españoles que más valoran este plato son los que viven en el extranjero, ya que es un buen representante de la gastronomía española y sus ingredientes no son difíciles de conseguir en otros lugares del mundo.

¿Cómo es la tortilla de patatas perfecta?

Para terminar, también existe cierto debate sobre la forma de prepararla. En ‘La ciencia del chup chup’, la periodista Elena Sanz habla sobre qué dice la ciencia acerca de la tortilla perfecta. En él explica que las mejores patatas son las amarillas, porque mantienen la cohesión. En el caso de que tengan manchas verdes es mejor no elegirlas, pues contienen un compuesto químico tóxico llamado solanina.

En cuanto al momento en el que las patatas se deben dejar de cocinar, es cuando dejan de sisear y hacer pompas. Si se dejan más tiempo, el aceite entra por los poros de las patatas y se hacen mucho más difíciles de digerir. Hablando del huevo, es recomendable echarle un chorrito de limón mientras se está batiendo, pues el ácido cítrico ayuda a que las proteínas del huevo se separen y corra un poco el aire entre ellas, lo que hace que la tortilla quede más jugosa. Por último, la tortilla se debe cocinar a fuego lento, concretamente a 73 ⁰C, que es el punto perfecto para que el huevo coagule.

Desde ESAH formamos a los futuros cocineros que prepararán tortillas de patatas perfectas en esos restaurantes a los que tanto te gusta ir. Para todo aquel que lo desee, se puede informar sin compromiso. Al fin y al cabo, la gastronomía en España es tan buena en parte gracias a los profesionales que se encargan de ella.