Su director, José Ángel Delgado, destaca que “es una película muda, en la que lo sensorial y lo emocional adquieren gran importancia: los juegos de miradas, los detalles que aparecen y desaparecen…". Narra la historia de seis personas que se entrecruzan en las calles de Zaragoza, todas con un denominador común, que es el cáncer. De hecho, uno de los momentos más duros, también en el aspecto técnico, fue cuando hubo que dejar sin pelo a varias de las protagonistas.

 

El trabajo está dirigido fundamentalmente a familiares de enfermos de cáncer, especialmente a aquellos más jóvenes, para fomentar el debate a través de proyecciones en colegios e institutos.